Los edificios energéticamente eficientes minimizan las necesidades energéticas con el fin de ahorrar y hacer un uso más racional de la energía disponible dentro de todos sus áreas, entre más se crean mayores ciudades inteligentes habrá en el mundo.

La Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que los edificios comerciales, residenciales y públicos consumen entre el 30% y el 40% de la energía y son responsables de entre 25% y 35% de las emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) a nivel mundial.

De tal manera que el reto a nivel mundial es la creación de estas construcciones para lograr que más ciudades integren las tecnologías digitales en sus redes, servicios e infraestructuras para hacerlas más eficientes para sus ciudadanos.

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Por otro lado, la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía las define como aquellas que generan edificios sustentables, que incorporan en su diseño característico, que los hagan entornos y espacios agradables para los usuarios (tanto al exterior como al interior), económicamente menos costosos y ambientalmente amigables, gracias a tecnologías que permitan reducir el uso de recursos como la energía y el agua.

De acuerdo con el IESE CITIES INDEX 2020, realizado por la plataforma de la Universidad de Navarra; Londres, Nueva York, Tokio, París y Reikiavik son las cinco ciudades más inteligentes del mundo. 

En el mercado mexicano la empresa Trane, enfocada en crear ambientes interiores cómodos y energéticamente eficientes para aplicaciones comerciales y residenciales, comparte los tres puntos que permiten crear smart cities.

La compañía menciona que al mejorar las condiciones de infraestructura de una edificación se puede mejorar la eficacia energética, reduciendo los costos generales de operación de los edificios y permitiendo un ahorro que será útil para modernizar las estructuras.

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Al tener ese capital, los empresarios o dueños de edificios pueden aplicar sistemas o innovaciones tecnológicas que ayudan a mejorar la eficiencia de las propiedades de su portafolio.

La incorporación de descarbonización, la conservación del agua y la eficiencia energética en la infraestructura de los edificios, son para Trane la forma más fácil de acabar con la generación de gases del cambio climático.

Estos conceptos se deben incorporar a sistemas y equipos HVAC ( calefacción, ventilación y aire acondicionado), los cuales usualmente usan combustibles fósiles y al transformarlos a sistemas eléctricos o automatización que reducen el uso de energía durante las horas de menor actividad.

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