Desde Tijuana hasta Matamoros hay una sobredemanda de espacios industriales y lo que se está construyendo ya tiene clientes, sin embargo, la interrupción de las cadenas de suministro de algunos materiales, provoca un aumento de costos de entre 30 a 40% que ha generado retrasos en la entrega, comentó a El Economista Sergio Reséndez, director regional en la oficina de Monterrey de Colliers.

Puntualizó que el aumento de los materiales, nada tiene que ver con la inflación general que es de casi el 8%, “aquí estamos hablando de inflación de entre 30 a 40%, en acero, concreto y materiales para naves industriales”.

Se forma un cuello de botella por la sobredemanda y los tiempos de entrega. Las desarrolladoras tienen el capital, pero no van a la velocidad requerida, expuso.

“Hay un incremento de precios que hace mucho no se veía y es reflejo de la combinación de inflación y sobredemanda. es un cuello de botella en todos los estados del norte, todo lo que se está construyendo ya tiene clientes y esto genera empleos, pues muchas empresas voltean a ver a México, el inconveniente es que la llegada de materiales tarda más de lo previsto, y no se pueden dar fechas de entrega”, apuntó el directivo.

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Todos los materiales de importación se ven afectados y la construcción de un edificio que antes se entregaba en seis meses, ahora se extiende de 8 a 9 meses.

De acuerdo con datos de la consultora Solili, en el primer cuatrimestre Monterrey ocupó el primer lugar en demanda de espacio industrial con 623 mil metros cuadrados, siendo el corredor de Apodaca el que durante el año pasado concentró gran parte de la demanda, al tener 41% del inventario en sus parques industriales.

Nuevo León igual que otros estados fronterizos están ante la oportunidad de que lleguen a instalarse empresas de Asia o Europa para estar más cerca de su principal cliente que es Estados Unidos.

En los parques industriales de la entidad, la mayoría de las empresas cuentan con plantas de tratamiento para reciclar el agua, y están haciendo inversiones importantes para instalar inodoros y mingitorios secos, los cuales no utilizan agua, sino es a través de químicos. Lo que les preocupa es tener agua disponible para la limpieza, para evitar enfermedades, detalló.

“Una buena parte de las empresas se alimentan de agua de pozos, que no es potable, es más dura, con mucho mineral, que no meten a la red de suministro”, dijo Sergio Reséndez.

Las industrias más afectadas por la escasez de agua es la alimentaria y la manufacturera, por el contrario, los centros de distribución y bodegas de almacenamiento, son consideradas como operaciones secas, utilizan agua no potable, el problema es que hay desabasto de agua tratada, y se ha encarecido el costo de las pipas casi al doble.

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Confió en que en agosto o septiembre vendrá la recuperación de las presas y nos enseñará el valor del agua, destacó.

En suma, los factores que los inversionistas toman en cuenta para decidir la instalación de sus plantas, tienen que ver con tener agua, energía eléctrica, gas natural; transporte aéreo, marítimo y ferroviario, en dónde está la demanda de los productos, todo eso influye.

Por ejemplo, en Nuevo León y otros puntos semidesérticos en el norte del país, no se instalan empresas que son grandes consumidores de agua, estas compañías se ubican en Veracruz, Tabasco, Oaxaca donde hay mayores caudales. En el bajío actualmente tienen serios problemas de energía y seguridad, abundó.

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