La reducción de la jornada laboral en México, propuesta que busca ajustar el horario laboral de los mexicanos de 48 a 40 horas semanales, con dos días de descanso por cinco de trabajo, podría también generar oportunidades para el sector inmobiliario de oficinas.

Dicha iniciativa prosperó en las discusiones e incluso fue aprobada por la Junta de Coordinación Política, pero sigue pendiente de discusión en la Cámara de Diputados y se espera una resolución en el 2024.

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Si bien se espera sea positivo para los trabajadores, debido a la disminución de trabajo las empresas deberán buscar soluciones que favorezcan la productividad de su plantilla laboral, ya que para mantenerla sería necesario ampliarla entre 12% y 15%, de acuerdo con un estudio de la firma AON, lo que representaría un gasto adicional de 386,000 millones de pesos, según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

Si la reducción de la jornada laboral surge cómo se plantea, el mercado de oficinas se encontrará en un punto en el que podría resultar beneficiado, por los efectos que pudiera experimentar. Jemil, empresa dedicada a la renta de oficinas virtuales y amuebladas, indicó cuáles serían las tendencias más sobresalientes en este contexto:

El trabajo híbrido y desde casa es una práctica destacada durante la pandemia de Covid-19, pero la reducción de la jornada laboral podría dar mayor impulso a ello.

La necesidad de ampliar la plantilla laboral para mantener la productividad de las empresas representará costos adicionales, esto afectará principalmente a Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes).

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Una alternativa que perfila crecimiento para el 2024 entre los empleadores que requieren de un espacio de trabajo físico, es la renta de oficinas amuebladas, las cuales evitan que paguen el alquiler de un inmueble y, además, lo equipen. Esta solución tiene ventajas como un proceso de contratación sencillo, variedad de ubicación, así como una inversión hasta 80% menor.

Otra solución para reducir gastos es el coworking, que consiste en la renta de espacios compartidos, sean físicos o virtuales, con la cual las empresas pueden desarrollar sus actividades de manera normal o destinar el espacio para reuniones.

Al igual que las oficinas virtuales, es una opción más económica que la renta o compra de un espacio físico tradicional, lo que mejoraría el gasto en empresas que deban ajustarse a la reducción de la jornada laboral.

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