
A pocos días de que Tesla anunciara la instalación de una gigafábrica en México y ante el interés mostrado por gobiernos estatales y federales por darle alojamiento, toman forma y relevancia las acciones para llegar a la meta del sector industrial en materia del ensamblaje de vehículos eléctricos (VE).
De acuerdo con los objetivos de sostenibilidad de la administración pública, 50% de los autos ensamblados en nuestro país hacia 2030 deberán ser cero emisiones.
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Finsa -hospeda a 20 empresas proveedoras de autopartes para autos eléctricos en sus parques industriales a nivel nacional-, aseguró que la electrificación y autonomía de los vehículos es una de las principales tendencias en la industria automotriz. Este fenómeno impactará a todo el sector de manera diversa comenzando por la proveeduría, la cual debe prepararse ante los retos de las nuevas dinámicas dictadas por el sector de VE.
De acuerdo al estudio “Estudio de prospectiva y oportunidades en vehículos eléctricos (VEs) y el futuro de la cadena de valor automotriz en México” de la Fundación México-EUA para la Ciencia (Fumec) se espera que para 2024, los vehículos comenzarán a ser cada vez más competitivos en cuanto a costo de mercado contra los autos tradicionales .
Dicha tendencia tendrá un mayor auge conforme se acerque el final de la década y, en Estados Unidos, hacia 2030, este tipo de automóviles predominará en el mercado.
Asimismo, según un análisis de PwC Strategy en 2021, los VE representaron 8.2% de la nueva matrícula de automóviles en 14 mercados del mundo frente al 4.1% del 2020, es decir, se detectó un crecimiento de 50 por ciento.
De mantenerse este ritmo de crecimiento y ante las exigencias tanto internas como externas de ya no permitir vehículos que se muevan únicamente con combustibles fósiles, Finsa asegura que muy pronto se podrá observar una desaceleración en la demanda de vehículos de combustión interna y aumentarán los de VE, por lo que será prioritario reconfigurar a la industria para cubrir las necesidades del mercado.
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Con datos de McKinsey, el análisis de Finsa afirmó que dicha demanda de VE, viene acompañada de fuertes cambios que el sector automotriz local debe resolver, tales como la obtención de nuevas materias primas necesarias, tales como el litio, el níquel y el cobalto, utilizado principalmente en las baterías.
También habrá un incremento del número de proveedores que produzcan los nuevos componentes (baterías y motores eléctricos). Así mismo se avanza hacia una transformación de la producción en las instalaciones que ya existen para dejar de lado componentes, tales como motores de combustión, bielas, y cilindros, y adecuarse a una nueva proveeduría.
Sergio Argüelles, presidente y director general de Finsa, comentó que ante estos nuevos retos, ya realiza un análisis de las capacidades y de los componentes con los que cuenta en relación con los nuevos requerimientos, planteando nuevas inversiones, búsqueda de espacios especializados, mantenimiento de infraestructura, desarrollo de nuevos productos y acercamiento con los clientes.
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