2023 será un año récord para el sector inmobiliario industrial, motivado por la alta demanda de naves industriales de empresas atraídas por el nearshoring en la zona fronteriza norte, el Bajío y mercados cercanos al Corredor Transístmico y el Tren Maya, así lo señaló Ignacio Lacunza Magaña, presidente nacional de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI).

Esta tendencia también se debe al crecimiento del comercio electrónico, comentó el desarrollador inmobiliario. Al cierre del tercer trimestre de 2022, los mercados industriales fronterizos como Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez y Nuevo Laredo, al igual que la región noreste y occidente del país, con ciudades como Monterrey y Guadalajara, tuvieron cifras históricas de absorción con arrendamientos de superficies industriales por arriba de los 200 mil pies cuadrados, detalló.

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La economía mexicana cuenta con mano de obra calificada, infraestructura de clase mundial y excelentes servicios para recibir a todas las empresas de primer nivel que buscan establecerse de manera ágil, ordenada y formal para arrancar sus operaciones.

Gracias al aumento de las cadenas de suministro derivado del exponencial crecimiento del comercio digital, agregó, México se ha convertido en un imán para la llegada de nuevas empresas debido a la cercanía con Estados Unidos, lo cual facilita la logística de sus operaciones en el día a día.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las oportunidades de nearshoring en el corto y mediano plazo para América Latina significan 78 mil millones de dólares (mdd) en industrias como la farmacéutica, energías renovables, textil o automotriz, donde México se llevándose alrededor de 35 mil mdd.

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El Consejo Nacional de la Industria Manufacturera de Exportación (Index) informó que México recibirá 11 mil millones de dólares de nuevas inversiones en 2023, las cuales llegan como parte del boom del nearshoring.

El presidente nacional de AMPI destacó que son tres las regiones del país que resultan más beneficiadas con el fenómeno de “deslocalización cercana” o nearshoring: la zona fronteriza del norte del país, el Bajío y las poblaciones cercanas a los trenes transístmico y Maya.

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